Recuperación de Triple A: el gran negocio que hizo Barranquilla

Así como Bogotá tiene a Codensa y Medellín a las EPM, Barranquilla tiene ahora a Triple A, empresa de la que recuperó el control después de que perdiera su participación mayoritaria desde finales de los 90 y principios de la década del 2000, cuando la ciudad se quedó sin este patrimonio.

Hoy, sin poner un peso ni garantías bancarias, Barranquilla volvió a ser dueña de Triple A.

“Es una operación transparente, el mejor negocio que ha hecho Barranquilla en su vida y, además, nos da la oportunidad de decir que por fin Barranquilla puede tener una empresa pública propia”, manifiesta el alcalde Jaime Pumarejo.

Lo que el mandatario llama “el mejor negocio” es la recuperación de las acciones que estaban en manos de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), después de que en 2018 la Fiscalía General de la Nación tomara posesión de ellas; se hizo a través de la figura de enajenación temprana por intermedio de la empresa Alumbrado Público (APBAQ), de mayoría pública (65% del Distrito y 34% de privados). Es decir, los privados ponen el dinero a cambio de utilidades futuras y la ciudad de Barranquilla se convierte en la dueña de la empresa.

Lo más importante, para Pumarejo, es que las regalías de la empresa no se volverán a quedar en manos de extranjeros, por el contrario, se destinarán a inversión social: parques, educación, salud, deporte, etc.; además, no se buscará un nuevo operador, porque la misma empresa cumple ese rol a cabalidad.

“Y, además, vamos a generar un código de buen gobierno para que no vuelva a pasar lo que ocurrió en los años 90 y principios de 2000, y para que no ocurra que el alcalde de turno pueda tomar decisiones que vayan en contravía”, añadió el alcalde.

En palabras de Pumarejo

“Antes, se conformaban unas empresas tercerizadas donde los socios mayoritarios -no públicos- hacían el recaudo, las obras, el software y se lo cobraban a la Triple A, es decir, cobraban un FEES administrativo y de sobra le mandaban unas utilidades y regalías al Distrito. Todo eso cambió. Hoy tenemos el 65%, tenemos el 30% del flujo de caja libre y al mismo tiempo hemos desterrado las malas prácticas de tercerización, de subcontratación y de operación y de FEES administrativo”.

“La empresa Alumbrado Público de Barranquilla es una empresa modelo, somos la única ciudad en Colombia de las ciudades principales, que tiene 100 % de luminarias led en toda Barranquilla; somos pioneros en ese sentido ecológico de reducir la huella de carbono y además generar un confort y una dignidad en toda la ciudad, donde no hay distinción entre los barrios marginales y los barrios más pudientes de Barranquilla, porque todos tenemos luminarias led y tenemos, además, tecnologías de punta”.

“Estoy orgulloso de que Barranquilla se asocie y crezca y hoy pueda decir que vamos a competirle de tú a tú a las EPM, a Codensa, y vamos a hacer de la Triple A una empresa orgullo barranquillera y orgullo de la región Caribe. Vamos por las energías renovables, vamos por muchas cosas”.
Cronología de una recuperación patrimonial

¿Qué había antes?

  • Barranquilla tenía una Empresa de Servicios Públicos Municipales que prestaba un mal servicio y que, al final, se fue a la quiebra.
  • Para conjugar esta crisis, se crea la Triple A.
  • 85% de las acciones eran del Distrito.
  • 15% de socios privados.
  • Pagaba regalías al Distrito.
  • Durante los 90s y principios de los 2000 se diluyó al Distrito con diversas capitalizaciones.
  • Barranquilla pasó del 85% a menos del 15%.
  • Se configuró el cobro de asistencia técnica, 4.5% de los ingresos, cerca de 27.000 millones de pesos al año a favor de los socios privados.
  • Muchas de las operaciones se tercerizaron en empresas de los socios privados y se excluía al Distrito de esas utilidades.
  • El Distrito no tenía poder decisorio sobre las decisiones.
  • En acción preventiva la Fiscalía toma control de las acciones de los socios privados y las entrega en administraciones delegada a la SAE mientras continúan los procesos legales contra los privados.
  • Desde ese momento la empresa entró en una etapa de interinidad donde la planificación a largo plazo era nula.
¿Qué se hizo?
  • El Distrito y la SAE firmaron un memorando de entendimiento para poder recomprar las acciones de la Triple A.
  • Este contó con la valoración por parte de dos bancas de inversión, Delloite, por parte de la SAE; Bonus, por parte del Distrito, y un fairness opinión contratado por la SAE.
  • La transacción se tasó en 565.000 millones de pesos.
  • La ley permite la enajenación temprana de activos por parte de la SAE si los procesos penales salen a favor del Estado, este usa el dinero de la venta para inversión en el sistema judicial y de Fiscalía. Si sale a favor de los privados, estos reciben el dinero que fue pagado por sus bienes de acuerdo con la valoración de estas bancas de inversión. Es decir, se garantiza también que no hay pérdida de valor.
  • El Distrito no renunció a su parte como víctima en estos y otros procesos.
  • El Distrito de Barranquilla determina comprar la empresa sin poner dinero del presupuesto y sin poner garantías o créditos que pusieran en riesgo sus finanzas.
  • A través de Alumbrado Público de Barranquilla, empresa de la cual el Distrito es socio del 65%, se logró hacer la compra ya que los socios privados aportan el 100% del capital necesario para la compra.
  • Los socios aportan el dinero o los créditos bancarios por valor de 565.000 millones de pesos, y solo con las utilidades futuras el Distrito les irá pagando las acciones.
  • Es decir, el Estado, acostumbrado a hacer malos negocios, hace con la plata de los privados minoritarios la recompra de la mayoría accionaria de la Triple A.
Además:
  • El Distrito quedará con la mayoría accionaria de la Triple A (65%) a través de Alumbrado Público sin poner ni arriesgar dinero.
  • Recibirá como regalías el 30% del flujo de caja libre de la empresa.
  • No habrá FEES, ni asistencias técnicas, ni tercerizaciones de servicios a favor de los socios privados, como había en el pasado.
  • Se iniciará este año un código de buen gobierno para que la empresa modifique sus estatutos y se garantice que no esté sometida a los deseos políticos de los gobernantes de turno, ni que los privados puedan volver a diluir al Distrito.
  • Nace una empresa que competirá y crecerá, pero que será de los barranquilleros, estos decidirán también su futuro y las inversiones que tenemos que hacer en la ciudad, no todas tendrán que salir de nuestros impuestos.

 

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