“Gracias a Dios ya terminó la pesadilla, quiero empezar de nuevo”, así lo exclamó uno de los feligreses que estuvo aislado junto con su familia esperando en vano la supuesta segunda venida de Cristo.
Fueron muchas semanas en las que con una fe intacta aguardaron el cumplimiento de la profecía. El pastor de la iglesia Cristiana Berea, Gabriel Ferrer, les había anunciado en el mes de diciembre, que se prepararan para el día final.
Supuestamente, el 8 de diciembre, Dios de manera audible le dijo que prepara la iglesia para el arrebatamiento de los fieles para finales de enero.
Este hombre, asegura que nunca creyó en la profecía. Pese a esto quiso acompañar a su familia para esperar el día, y corroborar que era falso lo que decían los esposos Ferrer Rodríguez.
Los planes iniciales eran hacer un retiro cerca al mar, sin embargo, resolvieron mejor esperar la fecha señalada desde sus casas.
“Para mi mamá fue muy doloroso, ha llorado mucho, ha sido una decepción muy grande para ella, porque siempre creyó ciegamente que Cristo si regresaría ese día por ellos, por la iglesia que Dios había escogido”, asegura con tristeza.
Dice que a ella ya se le quitó el velo que no la dejaba ver más allá. Ella hasta el último minuto estuvo esperando, pero ya al ver que pasaban las horas y nada ocurría se convenció que todo era una mentira.
“Ya bloqueamos al pastor, mi mamá no quiere saber nada de esa iglesia, queremos empezar de nuevo”.
En entrevista exclusiva para ClasarNoticias y www.VozCaribe.com, este joven, quien prefiere no identificarse, pero a quien llamaremos Mario dice que quiso quedarse como ‘infiltrado’.
Quería asegurarse que su familia estuviera bien, pese a que nunca pensó en un desenlace trágico como los ocurridos en otras partes del mundo.
“No todo lo que se ha dicho en los medios de comunicación es cierto”
Son muchas cosas que se han dicho que están lejos de la realidad. Dicen que el pastor se ‘voló’ con el dinero de los fieles o que todos estaban encerrados en el corregimiento de Isabel López.
Entre las cosas que desmintió fue que hayan vendidos sus cosas para darle el dinero a los pastores. “Eso es falso, es más, ellos no piden ni diezmo, ellos siempre se han jactado de tener el suficiente para mantener la iglesia”.
También desmintió que se haya planificado un suicidio colectivo. Tampoco estuvieron reunidos en una sola casa, cada feligrés estaba en su casa, esperando el tan anhelado momento.
Asegura que desconoce quiénes son los que estaban en la iglesia del corregimiento de Isabel López, solo sabe que él como otros muchos se quedaron en sus casas.
Desmiente que estuvieran en un ayuno prologando, es más subieron de peso, asegura.
Con respecto al pastor Ferrer, dice que está en su casa, él nunca ha salido de allí, asegura que junto a la pareja de esposos hay dos jóvenes que hacían parte del grupo de alabanzas, que se quedaron ellos por propia voluntad y son quienes lo apoyan en las trasmisiones en el canal de YouTube.
La pandemia y la muerte de su hija, el detonante de esta locura
Quienes conocen a Gabriel Ferrer y su esposa Yolanda Rodríguez, coinciden en afirmar que son unas personas supremamente inteligentes y preparados, con un manejo de la palabra que deja a más de uno convencido de lo que predican.
Mario comenzó a congregarse hace un par de años en esta iglesia, denominada, Iglesia Cristiana Berea, dice que todo era normal, nada diferente a lo que se predica en otras congregaciones, sin embargo, poco a poco su línea de predicación iba orientándose hacia final de los tiempos.
Para ello preparó en 150 prédicas, en las que enseña como sería ese gran día y que la fecha si iba a ser revelada a su pueblo, los que no fueran creyente nunca iban a saber ni el día ni la hora. También escribió un libro titulado “El reino Eterno”, allí explica como en la biblia si revela la fecha del arrebatamiento.
Cuando inicia la pandemia, y ya no se pueden reunir presencialmente seguramente esto lo afecto, asegura Mario.
“Es un hombre que le gusta tener el dominio de las personas, él como profesor, y como pastor estaba acostumbrado a tener todo el control durante sus exposiciones, y ya eso no lo podía tener porque no nos podíamos congregar”.
Pero, para Mario y muchos otros feligreses que comenzaron a salirse de la congregación, la muerte de su hija hace 5 años, y el deseo ferviente de volverla a ver, es sin duda alguna lo que los trastornó.
Para él, no es Gabriel Ferrer el culpable de esto, asegura que es su esposa Yolanda Rodríguez quien está detrás de toda esta supuesta profecía.
“Ella siempre en sus prédicas, decía que para ella su hija era como un ídolo. Ella es quien manipula al pastor y le dijo a él que la biblia si revelaba la fecha de la venida del Señor”.
La hija de los esposos Ferrer, tenía 24 años cuando falleció a causa de un cáncer. Ella no recibió tratamiento porque su mamá se lo impidió. Esperaban una sanación completa.
“Ella se sanó, pero volvió a recaer, y Yolanda no dejó que los médicos le hicieran tratamiento». Su afán por volver a ver a su hija, sumado a la pandemia, es para Mario el detonante de esta locura, señala.
Ahora Mario quiere dejar todo atrás, “esto fue una pesadilla que quiero olvidar, quiero volver a mi vida normal”.
A la pregunta si considera que Ferrer cometió un delito, asegura que no, su error fue creer ciegamente en la supuesta profecía y en lo que le decía su esposa. Solo espera que pronto este revuelo pase, y que su familia no pierda la fe en Dios por culpa de una mala doctrina.
Para él, esta iglesia llegó a su fin, no cree que quienes creían en Ferrer sigan congregándose con ellos.