Encuentran en Colombia el antepasado más antiguo de los manatíes de América

Bastó un fragmento de maxilar con un par de dientes para que la geóloga y paleontóloga Catalina Suarez y sus colegas Javier Gelfo, Jorge Velez-Juarbe y Jorge Moreno-Bernal ataran cabos y nos presentaran a uno de los restos más antiguos de manatí de las Américas: Potamosiren cf. P. magdalenensis.
“Ya conoce usted mi método, se basa en la observación de minucias”, habría dicho para resumir el descubrimiento el famoso detective Sherlock Holmes. En un artículo publicado en la revista Journal of South American Earth Sciences en agosto de este año los cuatro científicos dan cuenta de la serie de observaciones, pruebas y deducciones que los

llevaron descubrir esta pieza crucial en la historia evolutiva de estos entrañables mamíferos que, por cierto, parecen haber sido la inspiración de las leyendas sobre sirenas. No es coincidencia que los taxónomos hayan nombrado al grupo al que pertenecen como “sirenios”

La historia comenzó en 2005 cuando Manuel Mendoza y Eutimio Salgado, dos campesinos de la vereda Pubenza del municipio de Tocaima en Cundinamarca, encontraron una serie de fósiles, que se sumaron a los de una expedición del Servicio Geológico Colombiano en la misma área. Las piezas correspondían en su mayoría a tortugas y cocodrilos de habitaron esta zona hace 17 millones de años atrás, en el período conocido como Mioceno temprano.

El fragmento de maxilar inicialmente pasó desapercibido para los investigadores. Permaneció engavetado por años hasta que el paleontólogo Jorge W. Moreno-Bernal, hoy candidato a doctor en Ciencias del Mar en la Universidad del Norte, lo notó mientras observaba fósiles de cocodrilos en la colección. Su curiosidad se alborotó al notar que la pieza no correspondía a un reptil, sino que tenía los molares propios de un mamífero.

Moreno-Bernal, más enfocado en reptiles antiguos, tocó la puerta de su colega Catalina Suárez, que en ese entonces era becaria predoctoral del Instituto Smithsonian de Investigaciones tropicales, y a quien le interesan los mamíferos fósiles de Suramérica. Juntos hicieron una primera descripción. Pero las dudas sobre su verdadero origen aumentaban así que Catalina, aprovechando sus contactos en la Universidad Nacional de La Plata,

Argentina, donde estaba a punto de iniciar su doctorado, contactó a Javier Gelfo, paleontólogo del Museo de La Plata. La hipótesis de que esos molares en realidad pertenecían a un pariente de los actuales manatíes se asomó en la conversación.

Ninguno de los tres era experto en manatíes, así que buscaron a Jorge Velez-Juarbe, investigador puertorriqueño y curador de mamíferos marinos en el Museo de Historia Natural de Los Ángeles, California. Velez confirmó que efectivamente debía tratarse de un manatí. Jorge y Catalina compararon las piezas con las del Potamosiren magdalenensis, una especie de manatí extinto que vivió hace 13.5 a 11,8 millones de años y cuyos restos fósiles fueron hallados en el desierto de la Tatacoa.

“Los paleontólogos somos como los historiadores. Un historiador busca documentos antiguos para reconstruir cómo cambió una civilización. Documentos que revelan algo. El trabajo del paleontólogo es similar. Cuando trabajamos un fósil, por sí solo no dice mucho hasta que logramos que encaje en un contexto”, dice Jorge Moreno-Bernal.

Comparación de fósiles de manatí.

Comments 2

  1. Gracias por esta información. Son animalitos hermosos a los que hay que proteger.

  2. Monira Campo says:

    Gracias Claudia, muy buena información. Buen trabajo de los investigadores

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